Visitar a los enfermos. Las Hermanas de la Cruz

VISITAR A LOS ENFERMOS

La primera obra de Misericordia invita a mirar a los demás con los ojos de Cristo. Se refiere a una atención con amor de familia a personas que, muchas veces, no tienen en nadie más en quien apoyarse. Se trata de una atención única a personas que pierden la esperanza de vivir, haciéndoles sentir el amor y el cuidado necesario al modo familiar, se pertenezca a ésta o no. Esta obra de Misericordia es la manera en la que, mediante el alivio que se proporcionamos a los enfermos o imposibilitados, éstos sienten que Cristo actúa impartiendo el consuelo.

LAS HERMANAS DE LA CRUZ

Hacerse pobre con los pobres para llevarlos a Cristo” (Santa Ángela de la Cruz)

La primera de las instituciones a las que se dedicará el programa extraordinario de acción caritativa y social del programa “Siete meses, siete obras de Misericordia” será la Compañía de las Hermanas de la Cruz, fundación sevillana extendida al mundo que cumple esta primera obra de Misericordia de “visitar a los enfermos” como pilar de la propia institución.

La Compañía de las Hermanas de la Cruz, fundadas por Santa Ángela en Sevilla en 1875, es una de las instituciones caritativas que gozan con mayor cariño y seguimiento tanto en la ciudad de Sevilla, donde se mantiene la Casa Madre de la orden, como en las distintas fundaciones extendidas por el mundo.

Determinadas por el carisma fundacional de Santa Ángela, su misión primordial es el cumplimiento de la Obra de Misericordia de visitar a los enfermos, personas necesitadas que están solas, sin familiares que las asistan, a las que visitan y asisten en sus domicilios, facilitándoles toda clase de servicios: prepararles los alimentos, ayudarles con sus tareas domésticas o asearlos. Procuran, de esta forma, apoyarlos material y espiritualmente, orientándoles en sus problemas y acercándoles el consuelo de las virtudes cristianas.

Las Hermanas de la Cruz mantienen además numerosas casas de formación y acogida de niñas y mujeres, tanto en centros docentes de Educación Infantil y Primaria, como en internados para niñas en situación de orfandad o abandono; o en el desarrollo de clases de formación para mujeres adultas de informática, corte y confección, bordados u otras labores.

También cuenta la Compañía de las Hermanitas con centros de formación de catequesis para adultos y jóvenes o residencias de ancianos.

Su única fuente de ingresos es la caridad. Ya desde su fundación, Madre Angelita se encargó de implantar este estigma, con la petición de limosna puerta por puerta que es tan característica aún en nuestros días y gracias a la que mantienen esta ingente labor.

A pesar de contar con el apoyo de la ciudad y de numerosas hermandades, esta iniciativa de Siete Obras de Misericordia de la Hermandad del Gran Poder no podía iniciar su andadura con mejores servidoras de la Misericordia del Señor que este legado de santas ya dos veces reconocidas por Roma.