Antonio Núñez de Herrera

Semana Santa Teoría y Realidad. 1934

Salmo de Jesús del Gran Poder

LiteraturaEste Señor del Gran Poder es un Dios honrado y fuerte. Ninguno como El es de verdad aquel Jesús de Galilea, insobornable y enérgico, que arrojó a los mercaderes del templo blandiendo en la segura mano el látigo indignado y justiciero.

Seguramente tiene su explicación la devoción que a esta Imagen tienen los poderosos de la ciudad. En otros tiempos de economía más sencilla éste era el Señor de los pobres menestrales sevillanos …

Aún lleva este Cristo sobre sí las briznas de la carpintería de José y el dolor antiguo de los proletarios. Pero es un hombre vigoroso, musculado por el trabajo y los caminos, que podría, si quisiera, trasfigurarse en el extremista aquel que daba al eco y al viento de las montañas su palabra magnífica y rebelde:

Me han ungido para dar buenas nuevas a los pobres …
para poner en libertad a los quebrantados …
¡ay de vosotros los hartos! porque tendréis hambre …

Los burgueses de la ciudad rezan antes Jesús del Gran Poder. Su cofradía no sale sino cuando todos los horizontes están claros. Cuando duermen o se ocultan los dolores de Sevilla. Cuando los dolores de la ciudad huyen de su mal de ser dolores.

Ahora no pisa la arena del desierto el presunto sedicioso de Judea. Sobre la canastilla del “paso”, alborotada de oros y molduras, está Jesús, pero ausente de los brillos escandalosos de la talla y aún de los ángeles revoltosos que añaden sus travesuras a la maraña del barroco.

Entre la fe y el respeto ponen cortinaje de rumores a las profundas naves de la Iglesia. Afuera bulle el pueblo y se alborota.

La plaza de San Lorenzo está llena de gente, y hace frío. Un frío especial que mana de las puertas del templo, tan cerradas. Antes de que se abran, hasta tres aldabonazos levantarán sus esferas en lo oscuro. A las dos en punto de la madrugada aparece ese Hombre recio y triste. El frío crece ahora y lo arropa todo un silencio comprimido y abstracto.

Y entonces, al filo de la “saeta”, se resume y descarga el ansía de la noche:

Jesús mío del Gran Poder Divina y buena persona …