Donación de una pintura del Señor y venta de sus reproducciones seriadas en alta calidad a beneficio de la Bolsa de Caridad

La Hermandad del Gran Poder ha recibido la donación de una representación pictórica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder por parte de su autor, D. Javier Jiménez Sánchez-Dalp

La pieza, realizada primorosamente en carboncillo sobre papel, representa al Señor de cuerpo entero, en una recreación frontal de la Sagrada Imagen en su besamanos, maniatado, vestido con la túnica lisa y coronado por las potencias de filigranas.

Además de esta donación, el autor ha querido ofrecer una serie de 200 reproducciones fotográficas digitales de alta calidad, seriadas y firmadas por el propio artista, en tres versiones: la cabeza del Señor, de medio cuerpo y en la misma versión final de la pintura. El objeto de esta donación es su venta para recaudar ingresos para la Bolsa de Caridad de Jesús del Gran Poder, a cuyas arcas irá destinado la integridad de lo recaudado.

Las láminas seriadas, con las reproducciones, cuyo tamaño es de 42cm. x 29,5cm., están a la venta en la Sala de recuerdos de la Basílica, al precio de 20€.

También pueden adquirirse en la tienda on line de la web de la Hermandad del Gran Poder, garantizándose su entrega en perfecto estado en el domicilio de quienes de esta manera ofrezcan también al Señor su ofrenda para los más necesitados, los preferidos del Señor.

REPRODUCCIONES SERIADAS DE ALTA CALIDAD

La obra fue un ofrecimiento al Señor de su autor realizada durante la enfermedad de su hermano, D. Manuel Jiménez Sánchez-Dalp, cerca de cuyos restos ha sido ubicada provisionalmente en la Basílica. Reproducimos acompañando a esta noticia la dedicatoria que el autor hizo en el acto de donación y bendición de su pintura, celebrado días atrás en la Basílica:
Aquí estoy Señor.
Cumples 4 siglos como imagen del perfecto hombre y perfecto Dios . 4 siglos con sus cien años cada uno. Ese número 4 hoy se repite. Tarde cuatro años en poder dibujarte.
Era septiembre de 2016 y en un impulso tras conocer que mi hermano Manolo se puso enfermo, colgué un papel de metro y medio en una puerta de mi casa y empecé a esbozarte.
Me agarré a ti por él, quería que lo curases. Corría y me apresuraba. Te quería dibujar perfecto, que fuese mi mejor obra. Las noticias cuando eran buenas me hacían irme corriendo a dibujar más, las malas hacían que me desanimase y me replantease todo. Un día me salte el orden del dibujo y sin que tocase me fui a tus manos, esas manos maniatadas y cruzadas con la forma de una paloma. Era un caos lo sé, quería correr pero no era bueno dibujar tan deprisa, tuve que volver atrás.
No quería hacerte pequeño, quería dibujarte muy grande para que echases la mano mayor que pudieses a la angustia de nuestra familia, de Isabel, de sus niñas.
No llegué a tiempo. Manolo se fue en mayo y yo no había terminado aquello a lo que me aferré para pedirte que no te lo llevaras. Me enfadé mucho Señor, ya lo sabes y mil perdones te he pedido desde entonces. No quería ni verte y sin tocarte estuve casi un año. Para que iba a seguir, no llegué a tiempo y ya está. Además que tontería pensar que algo dependía de eso o creer que mi esfuerzo en dibujarte debía tener una contrapartida.
Paso un tiempo largo y ahí seguías tapado con otro papel encima. Algunos días te destapaba y te miraba pero nada.Un día me animé a seguir, fué por mi padre y por mi madre. Los últimos años de mi madre a su lado, fué de las cosas más bonitas que he vivido.
El cariño y el amor con que ella lo cuidó hasta el último de sus días.
Mis padres nos enseñaron que el amor es incondicional y ese es un aprendizaje para toda la vida. Lo entendí Señor. Yo te dibujaba por amor a ti y a mi hermano pero te ponía una condición para quererte más si cabe. El último impulso me llevó a poder terminar tu dibujo Señor y aquí estas ya completo como te soñé .Humildemente este retrato tuyo espero que pueda estar cerca de ti , cerca de Manolo y de mi padre.
Gracias Señor.
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